LA VOZ


Una tarde sentado al borde de mi cama, observando la pared blanco hueso y hundido en mis problemas...
Una voz, en mi mente, insistentemente me hablo.
Su voz potente, autoritaria y paternal me hablo...
Trate de evitarla...
Trate de no escucharla...
Trate...
Pero no pude...
La voz me llamo por mi nombre...
Y contesto.
¿Qué quieres?
¿Quién eres?
¿Porque me hablas?
Y la voz me respondió…
“Soy yo...
El primero...
El único...
El eterno...
El creador...
Soy el alfa y el omega...
El principio y el fin.”
Y le creo…
La voz me conoce, hasta mis más profundos y secretos pecados...y me los muestra y los perdona...
"Tu mochila de pesares es tu carga, tu impedimento para avanzar...tus odios, tus traumas, tus penas, tus reproches...forman el barro que pisas...y te hace caer y resbalarte"
¡¡Libérate!!...
¡¡Sanate!!..
¡¡Perdónalos y perdónate!!...
Que la culpa no te detenga...
Y una lágrima escapa de mi ojo derecho y mi alma se acongoja, mientras mi corazón es un trozo de carne picado por mil agujas....
- no se perdonar- le digo...- no puedo perdonar-
La voz me habla...
“mira tu vida....una serie de acontecimientos que te han llevado a este punto...estas solo, estas débil...eres un hombre y tiemblas como un niño...confundes amor con pasión...estas perdido y desorientado...la máquina de la sociedad te trago y ahora te regurgita...no le sirves, colapsaste. Mostraste tus miedos...
Tus debilidades...”
¡¡PERDONALOS Y PERDONATE...!!
Y ya no me contengo...
Y Lloro...
Y en cada sollozo jadeante suelto una culpa, una pena...un secreto...
Perdónalos y perdónate...
Son muchas los rencores....y sus rostros comienzan a desfilar por mi mente...traiciones, mentiras, envidias...y la lista sigue...
"Libérate y libéralos...tu odio es el aura negra que te rodea, tu karma, tu subconsciente cicatrizado y atrofiado que te impide renacer cada día...perdónate y perdónalos...libérate y libéralos...
Libérate de ese peso...
Y así llorando me deslizo al piso de madera y caí en mis rodillas...y me doble, pegando mi frente al piso y sigo llorando...hasta que de mis labios emergen dos palabras..."los perdono"...y las repito en mi cabeza, alma y corazón...
Y una brisa tibia y perfumada invade la habitación...y mis ojos llorosos se abren, aún mojados y distorsionados ve la figura celestial y envuelta en un aura blanca y luminosa que lentamente encarna y desciende hasta posarse en la madera caoba del piso...y una mano paternal me acaricia el cabello, despeinándome cariñosamente y me dice - bien hecho muchacho...- y esa mano cálida y perfumada tenía un rostro...y busque con mi mirada esa faz...esa cara...esos ojos...y levante mi cabeza al cielo....y lo vi.


Giovanni Sandoval

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